La inteligencia es la capacidad que tiene el cerebro humano para procesar la información que recibe del exterior, y a su vez es la capacidad de recoger la información del mundo que le rodea. A pesar de que el hombre, no es el animal que posee la mayor agudeza visual, ni auditiva, sí es el único capaz de descifrar un lenguaje escrito y hablado, todo gracias a su inteligencia. La inteligencia depende de la estructura que tenga el cerebro y las vías de acceso que lo comunican con el mundo externo.
La inteligencia se podría dividir en dos: LA FÍSICA Y LA INTELECTUAL y a pesar de que vemos muchas personas que poseen una de las dos, esto no implica que no se puedan, ni se deban poseer las dos, lo cual sería lo ideal.
La estructura cerebral de la cual depende la inteligencia se forma y se refuerza desde que nacemos hasta los seis años; por eso, es común oír de deportistas o músicos geniales que mostraron sus habilidades desde muy temprana edad, cuando la realidad es que gracias a que fueron estimulados conciente o inconscientemente a esta edad, ellos llegaron a ser geniales, de la misma manera que vemos a una persona musculosa capaz de levantar objetos pesados, no es gracias a sus fuertes músculos, sino que previamente se preparó y estimuló físicamente, levantando objetos con la frecuencia, intensidad y duración necesarias para llegar a ser fuerte y musculosa.
Debemos saber que todos los niños nacen en calidad de genios; en su cerebro existen al nacer trillones de neuronas listas para ser conectadas. En la manera que estimulemos al bebé se logrará que dichas neuronas no se pierdan. Lo que se gane desde pequeños se ganará para siempre. El desarrollo neurológico del ser humano tiene su más importante periodo de formación en los primeros cinco años de vida, de esta etapa dependerá el 100% de las aptitudes y actitudes del ser humano. Estas habilidades, aptitudes y actitudes dependen 50% de los estímulos y 50% de la manera como se brinden.
Mientras menos edad tenga el niño, mayores serán los resultados de una estimulación oportuna y adecuada. Es por ello, la gran importancia que tiene elaborar un buen programa de estimulación temprana, acompañada de los ejercicios correctos, acordes a su desarrollo y no a su edad. Ya que, desde el primer día de nacido, cada niño va adquiriendo diferentes destrezas y habilidades que marcarán grandes diferencias en su desarrollo. Recuerde que así como a un niño que no se le brinda la oportunidad de nadar, nunca aprenderá, si no le brindamos la oportunidad de leer, pintar, cantar, etc. o se la brindamos de una manera incorrecta o tardía, obtendremos los más pobres resultados.
Es por ello que la estimulación temprana garantiza que su hijo adquiera miles de conocimientos útiles de manera divertida y EFICAZ. Le aconsejo programar un tiempo especial para jugar con su hijo, para que no solamente logré ser inteligente: intelectualmente, sino también físicamente, que es igual de importante explotar al máximo los potenciales del cerebro de los niños de ayudándolos a mejorar las dificultades generadas por la formación de estructuras cerebrales débiles (hiperactividad, dislexia, retraso mental, autismo etc.)
La inteligencia se podría dividir en dos: LA FÍSICA Y LA INTELECTUAL y a pesar de que vemos muchas personas que poseen una de las dos, esto no implica que no se puedan, ni se deban poseer las dos, lo cual sería lo ideal.
La estructura cerebral de la cual depende la inteligencia se forma y se refuerza desde que nacemos hasta los seis años; por eso, es común oír de deportistas o músicos geniales que mostraron sus habilidades desde muy temprana edad, cuando la realidad es que gracias a que fueron estimulados conciente o inconscientemente a esta edad, ellos llegaron a ser geniales, de la misma manera que vemos a una persona musculosa capaz de levantar objetos pesados, no es gracias a sus fuertes músculos, sino que previamente se preparó y estimuló físicamente, levantando objetos con la frecuencia, intensidad y duración necesarias para llegar a ser fuerte y musculosa.
Debemos saber que todos los niños nacen en calidad de genios; en su cerebro existen al nacer trillones de neuronas listas para ser conectadas. En la manera que estimulemos al bebé se logrará que dichas neuronas no se pierdan. Lo que se gane desde pequeños se ganará para siempre. El desarrollo neurológico del ser humano tiene su más importante periodo de formación en los primeros cinco años de vida, de esta etapa dependerá el 100% de las aptitudes y actitudes del ser humano. Estas habilidades, aptitudes y actitudes dependen 50% de los estímulos y 50% de la manera como se brinden.
Mientras menos edad tenga el niño, mayores serán los resultados de una estimulación oportuna y adecuada. Es por ello, la gran importancia que tiene elaborar un buen programa de estimulación temprana, acompañada de los ejercicios correctos, acordes a su desarrollo y no a su edad. Ya que, desde el primer día de nacido, cada niño va adquiriendo diferentes destrezas y habilidades que marcarán grandes diferencias en su desarrollo. Recuerde que así como a un niño que no se le brinda la oportunidad de nadar, nunca aprenderá, si no le brindamos la oportunidad de leer, pintar, cantar, etc. o se la brindamos de una manera incorrecta o tardía, obtendremos los más pobres resultados.
Es por ello que la estimulación temprana garantiza que su hijo adquiera miles de conocimientos útiles de manera divertida y EFICAZ. Le aconsejo programar un tiempo especial para jugar con su hijo, para que no solamente logré ser inteligente: intelectualmente, sino también físicamente, que es igual de importante explotar al máximo los potenciales del cerebro de los niños de ayudándolos a mejorar las dificultades generadas por la formación de estructuras cerebrales débiles (hiperactividad, dislexia, retraso mental, autismo etc.)