martes, 24 de junio de 2008

COMPRENSION LECTORA PIEZA CLAVE PARA EL EXITO DE FUTUROS APRENDIZAJES




LA IMPORTANCIA DEL CUENTO
Desde las últimas tres décadas, se ha visto un incremento en los estudios acerca de los factores que afectan el desarrollo escolar, el aprendizaje de la lectoescritura y las relaciones sociales de los niños.El conocimiento acerca del rol crítico que el lenguaje, la narración y la conversación tienen para efectos de aprender matemáticas, lenguas y ciencias, ha resultado en un creciente interés por diagnosticar de modo más completo y tratar desde diversos ángulos alteraciones descritas en niños en edades escolar y pre-escolar. Estas patologías se agrupan en trastornos de lenguaje ( dislalias, trastornos fonológicos, trastornos específicos de lenguaje, déficit pragmático-semántico, etc.) y trastornos de aprendizaje (dislexia, discalculia, trastornos de la comprensión lectora, etc).Diversas investigaciones y autores han descubierto que el lenguaje, en su capacidad de organizar la experiencia individual y social, aportar los criterios de espacio y tiempo y permitir una rápida recuperación y transmisión de información, contenidos y afectos, permite aunar diversas funciones básicas tales como la atención, la discriminación, la memoria y otras, en situaciones de conversación, descripción o relatos orales, tan típicas y naturales al interactuar con niños.El presente artículo intenta entregar algunas consideraciones generales acerca del rol de la capacidad y habilidad para comprender y producir relatos, su relación con el aprendizaje, el desarrollo social y las formas más simples que tienen los padres para estimular diversas funciones lingüísticas y comunicativas que favorezcan el desarrollo de sus hijos e hijas.
Los relatos potencian la imaginación y afectividad de los niños, a pesar de ello, la costumbre de contar historias a los más pequeños apenas perdura en algunos hogares.
Todavía las palabras «Érase una vez...» provocan efectos mágicos. Sin efectos especiales proyectados en una pantalla gigante. Sin imágenes animadas con las más modernas tecnologías. Sólo con la palabra y su misterioso hechizo, el cuento oral ejerce un poderoso y gratificante influjo sobre quien lo escucha, especialmente si se trata de un niño. De las pérdidas que acarrean la vida moderna y sus prisas, una de las más dolorosas es la del hábito de contar cuentos a los niños. La costumbre de narrar historias a los más pequeños apenas perdura en algunos hogares, ha sido delegada a la televisión, a los profesores de guardería o a los cuentacuentos profesionales. «No tengo tiempo», «tengo que trabajar», «Qué les voy a contar yo que no lo puedan oír mejor por otros medios», se dicen muchos padres y madres que han renunciado a hacerlo.
Los cuentos estimulan la fantasía y la imaginación del niño
.El cuento acercará al niño a la lectura, un niño que se haya aficionado desde pequeño a los cuentos tendrá un mayor interés por descifrar lo que dicen los libros. De su entusiasmo y placer nacerá su amor por la Literatura.El niño se identifica con los problemas Es muy importante contar cuentos a los niño desde muy temprana edad ya que:


- Se establece una buena relación afectiva entre padres, madres e hijos.

- Estimula el desarrollo de su incipiente lenguaje oral.

- El niño puede leer las imágenes de un cuento, expresando lo que ve, interpretando los distintos elementos de las imágenes, haciendo hipótesis de lo que puede suceder después, etc. como paso de los personajes de los cuentos y encuentra en ellos la solución a sus conflictos.

- El relato de cuentos favorece el conocimiento espacio-temporal, dónde sucede, en qué lugar, qué sucede antes, qué sucedes después, etc.- En definitiva, escuchar, mirar, leer cuentos acercará al niño al lenguaje escrito.

Aunque en el Nivel Inicial todavía no sabe leer, el niño se acerca a los libros con curiosidad y placer y, mientras juega a que lee, va descubriendo que hay diferencia entre lo que son letras, los números o cualquier otro signo o dibujo; descubre también que no sólo hay letras, sino que éstas forman palabras y que las mismas se leen de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo. Sabe, además, que la fascinación del cuento que el adulto narra o lee, se escapa de ese libro que él puede hojear, tocar y sentir. Es, por lo tanto, en esta etapa inicial cuando debemos comenzar con el fomento y desarrollo de la lectura. Es entonces cuando tenemos que comprender la verdadera importancia que tiene ese contacto físico con el libro-objeto, para su formación lectora.

Cabe recordar que, entre los tres y los cinco años, los niños utilizan un lenguaje reducido pero pueden comprender mayor número de palabras de las que manejan.
Los niños son capaces de enumerar los personajes y objetos que aparecen en las láminas; a jugar con las palabras y disfrutar con su sonoridad; les encanta aprender nuevos vocablos y se divierten con la rima. Además desean que les cuenten el mismo cuento hasta la saciedad. Les gustan los cuentos que responden a su realidad (hogar, jardín infantil, sus animales y juguetes) que tengan sentido del humor.


Debemos de ser conscientes de la importancia de la Literatura Infantil, no solo a la hora de desarrollar la capacidad recreativa, creadora, de expresión, imaginativa, etc., sino también en la adquisición de actitudes y valores, de conocimiento del mundo, de capacidad crítica y estética, de toma de conciencia así como en la toma de decisiones.

Los cuentos también permiten algo esencial en el pensamiento infantil: la reiteración. Al niño o niña no le basta pasar una vez por la realidad para entenderla. Pueden ver una película de forma incansable hasta que la conoce y la sabe; además, la “jugará” poniendo en funcionamiento su capacidad para simbolizar lo vivido. En este proceso, el niño y la niña aprenderán lo necesario para vivir esta realidad, sean habilidades sociales, frases mágicas o la existencia y nombres de objetos o realidades.
Los cuentos además, presentan a los niños y niñas la realidad en forma de problemas dándoles la oportunidad de aprender y aplicar un modelo para su resolución basado en la identificación del problema, la búsqueda de posibles soluciones, la toma de decisiones y aplicación de una de ellas, y la evaluación de lo ocurrido, Los cuentos nos permiten proponer situaciones de conflicto que pongan a prueba habilidades infantiles como si fueran de verdad.
Leer cuentos en voz alta es una manera de explotar temas que son importantes para los niños y las niñas. Inevitablemente suscita emociones y experiencias con las cuales se identifican. Por lo tanto, es mejor leerlo en grupos pequeños, presentándolo de tal manera que los niños y niñas puedan ver los dibujos, y parar después de cada página para que hagan sus comentarios.
A veces es necesario trabajar en grupos grandes. En esta situación se puede leer el cuento primero, enseñando los dibujos después de cada página o al final. Luego se pueden formar grupos pequeños para explorar ideas relacionadas con el cuento.
Después de leer bien el libro, la misma persona puede contar el cuento. Es interesante usar voces distintas para cada personaje y animar a los niños y niñas a representarlo, usando sus cuerpos o titeres


Representar un cuento entero a veces es una tarea demasiado grande para niños y niñas pequeños. Se puede representar una parte fácil de un cuento largo. Varios niños pueden representar cada papel para que todos participen si quieren. Muchos de los cuentos son útiles para explorar conflictos y muchos se prestan a una adaptación para marionetas o titeres. No se puede olvidar tampoco que un libro, y sobre todo un cuento, puede tener mayor utilidad que la de simplemente leído. A menudo son estas otras tareas más allá de la simple lectura las que ofrecen un mayor interés y facilitan la comprensión. Sugerimos algunas de las posibilidades:

• Contar a los que todavía no saben leer.
• Leer públicamente variando los tonos de voz.
• Comentar y debatir.
• Ilustrar con dibujos o de forma plástica.
• Realizar un mural.
• Representar en teatro, mimo, titeres.
• Ampliarlo o sustituir el desenlace por otras posibilidades.
• Convertir un personaje en alguien que toma posición ante ciertos acontecimientos.
• Utilizar como elemento motivador o introductor de un tema.

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